JuanFe Periódico Parroquial – Edición #1

JuanFe Periódico Parroquial – Edición #1

En el deseo de nuestra parroquia de que Dios sea conocido y amado por todos, yo seré una ayuda en tu crecimiento personal y de fe. Cada vez que me veas, presta atención, pues tengo algo nuevo que decirte. Seré una oportunidad para que te acerques a diversos temas de formación en tu vida espiritual; te brindaré herramientas para que respondas a los grandes interrogantes actuales y puedas dar cuenta de aquello en lo que crees.

Me llamo JuanFe por el nombre de nuestro patrono San Juan Apóstol, complementado con la palabra FE por el propósito esencial de mi creación: que tu FE pueda ser acrecentada, comprendida y amada. Estoy vestido con los colores representativos de la parroquia para generar identidad con la comunidad de fe que Dios nos ha regalado. Con los dedos de mi mano apunto al contenido esencial de nuestra fe: la Trinidad.

Los cristianos reconocemos el origen de todo lo que existe en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo. Se llega a ser cristiano a través del bautismo en el nombre de las tres Personas divinas. Y todo en nuestra vida está marcado por el signo de la Cruz, «en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo», según las palabras del propio Jesús (Cfr. Mt 28,19). Este Misterio contiene la respuesta a todas nuestras preguntas sobre quiénes somos en realidad. A mi lado, ves un águila.

Todos los evangelistas son representados por una criatura, es lo que se conoce como el tetramorfo: el león representa a Marcos, el toro a Lucas, el ángel a Mateo y el águila a Juan, todo con una intención teológica. En cuanto al águila, simboliza a Juan porque es considerada un ave sabia y clarividente. Cuando vuela, mira directamente al sol y es capaz de alcanzar alturas muy altas; esto es representativo de Juan y su lenguaje alto, abstracto y teológico en comparación con los otros evangelios. El detalle de mis ojos también tiene un propósito: el cristiano es aquel que tiene su mirada en Dios pero que es capaz de estar atento a la realidad que lo rodea (ojo abierto) y también sumergirse en la intimidad por medio de la oración (ojo cerrado).

¡Espero que juntos podamos aprender mucho sobre nuestra FE!.

LEMA PASTORAL 2024: FIJOS LOS OJOS EN JESÚS.

Como sabes, cada año en nuestra parroquia nos dejamos iluminar por un lema que se convierte en nuestro mapa de navegación pastoral: en el 2022 fue «Hasta ver a Cristo formado en mí»; el año pasado, «Amados 24/7», y este año es «Los ojos fijos en Jesús» una oportunidad para profundizar en la persona de Jesús y en la importancia de la oración.
Hacia el año 80, empieza a circular por algunas comunidades cristianas un escrito conocido hoy como la carta a los Hebreos. Su autor, buen conocedor de la religión judía, va destacando la importancia única e irrepetible de Jesús, muy superior a los venerables personajes de la tradición bíblica. Al final de su obra, deja claro que los cristianos podemos contar con una «nube grande de testigos» de la fe en la historia de Israel, pero ahora se nos propone vivir «con los ojos fijos en Jesús, el que inicia y consuma la fe» (Heb 12,2).

Esta propuesta intrépida del autor de la carta a los Hebreos es la que hemos querido acoger este año para nuestra parroquia. Recuperar nuestra relación con Jesús requiere volver a centrarnos en su mirada, conocer quién es y aceptar su proyecto en nuestra existencia. Jesús es el único que puede regenerar nuestra fe, débil y vacilante, para hacernos renacer de nuevo a la identidad de discípulos y seguidores de Jesús. Se trata de ir de nuevo a lo esencial y no quedarnos en las ramas.
Muchos han sido los testigos de nuestra fe: personas, experiencias, retiros espirituales, sacerdotes, líderes, entre otros, que nos han ayudado a acercarnos a él, pero no han sido más que instrumentos. Este año es la oportunidad para mirar a quién realmente nos ha amado y hablado al corazón: Jesús. Quien entiende esto, nunca se va de su lado y se compromete a procesos serios de pastoral. «Fijos los ojos en Jesús» es una invitación a volver a él; es lo primero y más decisivo: poner a Jesús en el centro de nuestra fe. Todo lo demás viene después.

Necesitamos volver al que es la fuente y el origen de la Iglesia: el único que justifica su presencia en el mundo. Arraigar nuestra fe en Jesucristo como la única verdad de la que nos está permitido vivir y caminar de manera creativa hacia el futuro. Recuperar lo esencial del Evangelio, renacer juntos del Espíritu de Jesús.

Ya que entiendes un poco el sentido del lema de este año, trata de llevarlo a tu vida:
Seguramente, si te detienes a pensar un poco, descubrirás que hay miradas que se quedan tatuadas en el alma, miradas que te han marcado profundamente. Hay miradas que hablan de amor, pero otras de desprecio, rabia o dolor. Algunas tienen la capacidad de impulsar, mientras que otras, te dejan en la esclavitud. Hay miradas que son profundas y cautivan, pero también otras que son temerosas y vacilantes. Hay miradas que son como poemas, armonizando y cautivando, pero otras que enlutan.
Piensa por un momento: ¿Qué miradas han marcado tu historia? ¿Dónde están puestos tus ojos? ¿Qué roba tu atención? ¿Cómo es tu mirada hoy? Miramos como un día nos miraron o como lo aprendimos de aquello en lo que detuvimos nuestra mirada, por eso se hace necesario FIJAR LOS OJOS EN JESÚS, para que nuestra mirada recobre su brillo y, con ello, ilumine todo aquello que observamos. Fijar los ojos en Jesús implica dejarse amar de nuevo, permitirse ser conquistado en el silencio de una mirada y en la profundidad de su contenido. Deja que esta mirada te envuelva de nuevo y puedas ver con sus ojos el mundo que te rodea.

MIRARME DESDE TI
Mírame tú, Jesús de Nazaret. Que yo sienta posarse sobre mí tu mirada libre, sin esclavitud de sinagoga, sin exigencias que me ignoren, sin la distancia que congela, sin la codicia que me compre. Que tu mirada se pose en mis sentidos, y se filtre hasta los rincones inaccesibles donde te espera mi yo desconocido, sembrado por ti desde mi inicio, y germine mi futuro rompiendo en silencio con el verde de sus hojas la tierra machacada que me sepulta y que me nutre. Déjame entrar dentro de ti, para mirarme desde ti, y sentir que se disuelven, tantas miradas propias y ajenas que me deforman y me rompen. (Benjamín G. Buelta sj)

Cada mes, por este año, te estaré contando algo sobre Jesús, será un trabajo académico pero también espiritual. Espero este año fijes tu mirada en Él.

Saca un espacio para que leas y ores con el texto base del lema: Hebreos 12, 1-13