Señor, tú coronas el año con tus bienes

Hemos puesto la mirada fija en Jesús de Nazaret a lo largo de este año en nuestra experiencia de fe, de vida comunitaria parroquial y de servicio apostólico. Nos hemos dejado interpelar por su presencia amorosa que nos hace mejores discípulos y misioneros para la edificación de Su Reino. Su mirada de amor nos ha permitido levantarnos de nuestros suelos, tristezas, angustias, problemas y dificultades, así como nos ha penetrado su sabiduría en todos nuestros proyectos y acciones de bondad, ¡El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres! (Salmo 125,3)